Vacaciones de 1992, tenía 6 añitos y entonces me acerqué a un mostrador... Miradas perplejas de niños chillando como locos. Master System y Mega Drive de Sega lucían en televisores de tubo de 24". Una de las primeras se vino a casa conmigo, y desde entonces siempre me he mantenido asociado a esa pantalla, a ese mando inseparable...
Agudas músicas que aún permanecen en nuestra memoria, gráficos 2D obsoletos que vistos desde la lejanía parecen prehistóricos. Sin embargo jamás he dejado de disfrutar esos mismos juegos... Pero la tecnología en mi caso jamás ha estado reñida con la educación, los juegos clásicos de patio de primaria, las tardes cambiando cromos con niños desconocidos...
La tecnología y yo hemos estado siempre unidos, a la vez que lo he estado de mi familia y amigos.
Actualmente con tanta tecnología (teléfonos móviles, ordenadores portátiles, consolas de nueva generación) me doy cuenta de que mi iPod nano, movil 3G, PSP y un amplio etcétera de productos tecnológicos jamás sustituirán esa mirada perdida de un inocente niño al mostrador de unos Grandes Almacenes, en la que todo era apasionante. Ese mismo niño que se iba con los amigos para acercarse de puntillas a la máquina del bar a mirar como otros juegan. ¡Qué inocentes eramos entonces!, luego en casa tu madre te echaba la bronca por pasarte la mañana allí.
Hoy en día jugar en sociedad es una realidad, enseñar a tus mayores que ellos también pueden manejar esa "maquinita" como solían llamarla, y sobre todo recordar que nosotros fuimos pequeños, pues en un futuro espero que mis hijos disfruten de esta industria tecnológica tan rica sin olvidar que por supuesto lo más bonito es disfrutarla en compañía.
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